Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas

De robots y otras yerbas

 

Por José Luis García Ríos, Blog del CIAT, 17 de junio de 2019

 

 

Concurrí a la bella isla latinoamericana atraído por una cita histórica para el CIAT con la promesa de un título: El factor humano: el cerebro de la administración tributaria (Selección, gestión y capacitación de los recursos humanos).

Gran sorpresa me llevó escuchar que algunas administraciones  atienden las expectativas de sus operadores para perdurar 30 años en su vida activa; que mantienen generaciones envejecidas desactualizadas para extrapolar experiencias superadas y relatarlas a las nuevas generaciones de diseñadores, científicos de datos e ingenieros o  que destinan presupuesto a su adaptación a las últimas tecnologías que sustituyen los procesos obsoletos.

Siempre he creído que las garantías ilimitadas de estabilidad por  la administración a sus funcionarios o la utilización de sus instalaciones para guarderías de sus niños  constituyen aportes de humanidad que en si mismos no aportan a la esencia de  su gestión para enfrentar un futuro tan cercano como amenazante para la sociedad.

La burbuja de confort o el espacio para las larvas terrestres era la opción para Ray Bradbury para quien el futuro estaba más cerca allá por los 1953…

Ni que decir de alguna administración que “congeló” personal con malos antecedentes o indicios sospechables para poder superar disposiciones que les blindaban su estabilidad laboral.   No existe justificativo valido para que una organización destinada a controlar comportamiento tributario,  mantenga planta humana con indicios de comportamientos ilícitos  porque los vericuetos legales de contratación les impide desprenderse de ellos.

No recuerdo en cambio, haber escuchado mención a las restricciones que oponen  viejos procesos como los que a menudo se utilizan en la  cobranza administrativa o judicial y que imponen mantener  un factor humano detenido en el pasado para recuperar el crédito perdido.

Pareciera que el envejecimiento de la planta, las corrientes modernas de género, la felicidad de los operadores o la definición de las líneas de carrera preservantes de la estabilidad laboral, representan mayor preocupación a ciertas administraciones que la informalidad que corroe la gestión institucional a su vista y paciencia y la tecnología que requiere su disuasión.

Algunas observaciones de Raúl Zambrano en su blog, motivaron algunas reflexiones que paso a relatar.

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