Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas

  • Desarrollo humano y crecimiento económico

Lozano Ardila Martha Cecilia, El desarrollo humano a propósito de las ciencias sociales y humanas, en Desarrollo: prácticas y discursos emergentes en América Latina, María Fernanda Sañudo (ed.); Bogotá: Instituto Pensar-CLACSO, 2016

La auotra es Doctora en Ciencias Sociales Con Énfasis En Infancia y Juventud del CINDE-UNIVERSIDAD DE MANIZALES. Magister en Desarrollo Educativo y Social. Psicóloga de la Pontificia Universidad Javeriana. Profesora Facultad de Psicología. Pontificia Universidad Javeriana.

 

Algunas consideraciones sobre el desarrollo y el desarrollo humano: temas problemas en las últimas décadas

 En el informe del PNUD de 1990, se planteó que el desarrollo humano es el proceso mediante el cual se ofrecen mayores oportunidades a las personas. Entre estas, las más importantes son una vida prolongada y saludable, el acceso a la educación y a los recursos necesarios para disfrutar de un nivel de vida decen-te. Otras oportunidades incluyen la libertad política, la garantía de los derechos humanos, la posibilidad de ser creativo y productivo, el respeto a sí mismo y el disfrute de la garantía de los derechos humanos. Esta concepción ha sido reinter-pretada y ampliada desde entonces hasta el momento.

Es un concepto que está estrechamente vinculado a la perspectiva de desarrollo como fue propuesta por Mahbub ul Haq y Amartya Sen en 1990; por John Rawls (2002) en términos de los bienes primarios, en el marco de la capacidad de auto-determinación que surge de contar con los recursos necesarios para desarrollar, de la manera más eficiente, los propios proyectos de vida personal; así como de una concepción política de la justicia; y a la propuesta de Martha Nussbaum (2002, 2007, 2010) en el sentido de capacidades como una especificación de los derechos humanos, de manera que las personas tengan acceso a los bienes primarios y cuenten con las libertades básicas y las capacidades para lograr fines diferentes, según sus intereses y necesidades.

 Para el año 2007, las capacidades se refieren tanto a lo que la persona, desde sus opciones, puede ser o hacer y a lo que logra efectivamente ser o hacer. Contar con condiciones que posibiliten el disfrute de una larga vida, de una mayor educación y de la dignidad y el respeto de sí mismo son elementos fundamenta-les para ampliar la gama de opciones y posibilidades de cada persona. Así, por ejemplo, contar con bienes es una condición necesaria, aunque no suficiente, para ampliar las posibilidades y opciones.

Por otra parte, es importante tener en cuenta que existen múltiples variables que condicionan el logro de estas opciones, entre ellas la cantidad de bienes asequi-bles, que en ocasiones no es suficiente para todos, o el hecho de que no todos disponen de las condiciones para obtenerlos, muchos porque están lanzados a la nuda vida, es decir, al simple hecho de vivir (Agamben 1998). Esto ocurre en particular cuando se tienen ingresos escasos para sobrevivir, o cuando las oportu-nidades están en función de variables sociales y culturales como la distribución y redistribución (Fraser 1997), el suministro de bienes públicos, como la seguridad, y los servicios. Por supuesto, el desarrollo desde la perspectiva de Sen (2007) no se centra en los bienes, sino en las personas; no es el homo economicus el que impera, aunque el mercado así lo pretenda.

 Es una propuesta que supera la preocupación fundamentalmente por el creci-miento de la producción de bienes, predominante en la década del setenta. Su interés fundamental es que prime la gente, que la distribución de los bienes primarios sea justa y equitativa y que atienda las necesidades de las personas; esto quiere decir que el desarrollo humano debe estar orientado a satisfacer las necesidades humanas esenciales (Doyal y Gough 1994). Más allá de la satisfacción de estas necesidades, se debe promover el desarrollo de las personas y sus capa-cidades. Es una perspectiva que incluye el plano moral y de dignidad humana, en el que los derechos humanos son fundamentales.

Por consiguiente, el desarrollo humano es mucho más que el crecimiento econó-mico o la caída del producto interno bruto de la nación. Asumiendo que el desarrollo humano va más allá de estos indicadores, las Naciones Unidas lo han evaluado en más de 100 países desde la década del noventa a través del Índice de Desarrollo Humano (IDH), que se basa en un indicador social estadístico, compuesto en ese momento por tres parámetros: vida larga y saludable, educa-ción y nivel de vida digno. Los indicadores utilizados fueron agrupados en dos grandes grupos.

 Los indicadores del primer grupo son los que están relacionados con la condición de vida de la población, así: 

1.      Salud y nivel educativo, este último conformado por dos índices: a) tasa de alfabetización de adultos y b) tasa de matriculación combinada

 2.      Esperanza de vida, nivel de enseñanza y nutrición, que están formados por dos índices: a) recién nacidos con bajo peso y b) consumo diario de calorías per cápita en términos porcentuales.

 3.      Índice materno infantil, constituido por: a) tasa de mortalidad de menores de 5 años y b) tasa de mortalidad materna.

 

Los indicadores del segundo grupo son los que se relacionan con la ocupación y los ingresos. Estos indicadores están conformados por cinco índices básicos:

1.      El de ingreso per cápita, conformado por dos indicadores: a) el PBI per cápita y b) el ingreso medio de los hogares per cápita en múltiplos de la línea de pobreza.

2.      El índice de distribución del ingreso, constituido por dos indicadores: a) el coeficiente de Gini y b) el cociente entre el ingreso medio del 10 % más rico y el 40 % más pobre, para la población urbana.

3.      El de pobreza, que se compone de dos indicadores: a) la población en hogares con ingresos inferiores a la línea de pobreza en porcentaje del total de la población para zonas urbanas y b) los ocupados en hogares con ingresos inferiores a la línea de pobreza en porcentaje del total de ocupados para zonas urbanas.

4.      El de ocupación, constituido por dos indicadores: a) tasa de desocu-pación en porcentaje de la población económicamente activa para zonas urbanas y b) los ocupados en sectores de baja productividad en porcentaje del total de ocupados para zonas urbanas.

5.      El índice de la mujer y del mercado de trabajo, conformado por dos indicadores: a) la proporción de mujeres en el PEA para zonas urbanas y b) la disparidad de ingresos por sexo, medida por la relación entre los ingresos de mujeres y hombres para zonas urbanas.

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http://tiempodecrisis.org/wp-content/uploads/2016/06/clacso-DESARROLLO....pdf

 

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