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  • Las Administraciones Tributarias en el siglo XXI

Las Administraciones Tributarias en el siglo XXI

 

Por Fernando Diaz Yubero y Pablo Porporatto, Blog del CIAT, 3 de febrero de 2020

 

Sistemas Tributarios y Administraciones Tributarias

América Latina (AL) vive una situación muy compleja, con inestabilidad política y debilidad institucional, debido a los problemas económicos, los altos niveles de pobreza y la elevada concentración del ingreso, que, medida en términos del índice de Gini, es la peor del mundo.

En ese contexto, cualquier país, que quiera tener equilibrio social y vivir en democracia, necesita un Estado suficiente y eficaz y para ello es imprescindible contar con un sistema tributario (ST) capaz de financiar un nivel razonable de servicios públicos y facilitar a los ciudadanos las infraestructuras imprescindibles para su desarrollo social y económico, sin incurrir en endeudamientos excesivos. La política fiscal es un instrumento muy potente para impulsar un crecimiento inclusivo, con beneficios que puedan ser distribuidos de manera equitativa.

La OCDE y CEPAL, entre otros, recomiendan que, en el diseño de la política tributaria, se procure ampliar las bases imponibles, reduciendo los beneficios tributarios y los regímenes especiales, como así también mejorar la progresividad del ST en su conjunto. Además, se añade un aspecto que consideramos fundamental: fortalecer las Administraciones Tributarias (AATT), para que el ST se aplique efectivamente y se puedan alcanzar los objetivos previstos.

Sin dudas, en el diseño del ST ha de tenerse en cuenta la capacidad y fortaleza de la AT para asegurar su aplicabilidad y sostenibilidad en el tiempo. Hay una clara interdependencia entre AT y ST: un sistema mal diseñado y sin considerar su posibilidad de gestión, no se puede aplicar y un buen sistema sólo se aplicará si existe una buena AT.

Cómo ha de ser el ST de un país, con qué figuras debe contar, cuál debe ser el nivel de presión fiscal, cómo deben distribuirse las cargas, etc. son decisiones políticas esenciales que deben adoptarse por los parlamentarios elegidos democráticamente.

La aplicación de los sistemas tributarios (SSTT), por parte de las AATT, debe estar fuera del debate político partidista; es una cuestión “técnica”; sin embargo, es una decisión política esencial, el intentar que la AT funcione y esté en condiciones de implementar el ST tal como fue normado. Pensamos que, la situación de la AT en algunos países de AL, no es una casualidad o reflejo de una incapacidad sino, la consecuencia de una elección política.

Aplicar el ST es una tarea complicada, pues refleja con claridad la confrontación de intereses de los diferentes grupos sociales. La función de la AT es conseguir que las normas se apliquen correctamente, evitando que se vacíen de contenido por una mala aplicación.

Resulta esencial forjar una cultura cívico-tributaria para que los ciudadanos asuman que los impuestos son el precio que hay que pagar por vivir en una sociedad organizada democráticamente, y que la Hacienda Pública necesita ingresos suficientes, para enfrentar las políticas de gasto, que permitan lograr un adecuado nivel de cohesión social.

“Los impuestos no conforman apenas una fuente de recursos fiscales, sino que constituyen un instrumento de desarrollo” (BID 2014) de modo que, utilizando palabras del Tribunal Constitucional español, la función de la AT es evitar que lo que unos no paguen debiendo pagarlo, lo paguen otros con más espíritu cívico o con menos posibilidades de defraudar.

El gran objetivo (la misión) de las AATT es conseguir una aplicación correcta del sistema tributario y aduanero. Para lograrlo, se ha definido una estrategia general: fomentar el cumplimiento “voluntario” de las obligaciones tributarias por parte de los ciudadanos, a partir de dos líneas fundamentales de actuación:

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