Instituto de Estudios de las Finanzas Públicas Americanas

 EVALUACIÓN GENERAL  DE LA SITUACIÓN MACROECONÓMICA

 

OECD ECONOMIC OUTLOOK - TEXTOS SELECCIONADOS EN ESPAÑOL Y PORTUGUÉS, VOLUMEN 2017 NÚMERO 2- © OECD 2017

 

Introducción


La economía mundial crece ahora a su ritmo más alto desde 2010 y el repunte está cada vez más sincronizado entre los distintos países. La tan ansiada mejora del crecimiento mundial está respaldada por el estímulo de las políticas adoptadas y lleva aparejada un sólido aumento del empleo, una moderada recuperación de la inversión
y un repunte de la actividad comercial. Se prevé que el crecimiento del PIB mundial se sitúe justo por encima del 3½ por ciento este año, aumentando hasta el 3¾ por ciento en 2018 antes de retroceder ligeramente en 2019 (Figura 1.1; Tabla 1.1).

En términos per cápita, está previsto que el crecimiento mejore pero no alcance los niveles anteriores a la crisis en la mayoría de países de la OCDE como en las economías ajenas a la misma. La inflación se encuentra actualmente en niveles bajos en las principales economías y está previsto que se mantenga en niveles moderados, aunque repunte gradualmente a medida que aumente la presión sobre los recursos.


Si bien es positiva la mejora cíclica experimentada a corto plazo, sigue siendo moderada en comparación con recuperaciones anteriores. Asimismo, aún no parecen darse las condiciones para mantener el incremento del crecimiento mundial hasta 2019 y establecer las bases para un mayor ascenso del producto potencial y un  crecimiento más resiliente e inclusivo. Siguen presentes los efectos del prolongado y débil crecimiento  xperimentado tras la crisis financiera tanto en la inversión y el comercio como en la productividad y la evolución de los salarios. Se espera una cierta mejora en 2018 y 2019 al tiempo que las empresas realicen nuevas inversiones para mejorar su stock de capital, si bien no será suficiente para compensar por completo los déficits anteriores, por lo que las mejoras de productividad siguen siendo moderadas. El crecimiento también es más débil que en años anteriores en las economías de mercados emergentes (EMEs), atenuando tanto las perspectivas de convergencia como de crecimiento mundial más rápido (dado que su función en la economía mundial va aumentando progresivamente). El enlentecimiento del crecimiento económico en las EMEs explicado por la caída de los esfuerzos de reformas y las vulnerabilidades financieras derivadas de la elevada carga de deuda, especialmente en China. Los riesgos financieros también van en aumento en las economías avanzadas, a medida que el prolongado período de bajos tipos de interés potencia una mayor asunción de riesgos y subidas adicionales en la valoración de los activos, incluidos los mercados de la vivienda (Capítulo 2). Las inversiones productivas que generarían los recursos para repagar las obligaciones financieras asociadas (beneficiando también a otros compromisos con los ciudadanos) parecen insuficientes.

La mejora a corto plazo del ritmo de crecimiento y el margen fiscal generado por la actual política monetaria acomodaticia ofrecen un momento oportuno para conseguir un mayor reequilibrio en las políticas a fin de abordar los obstáculos estructurales que dificultan un crecimiento a medio plazo más sólido e inclusivo, y para incrementar la resiliencia frente a posibles riesgos. La política monetaria variará en función de la necesidad de respaldar el crecimiento, al tiempo que se vigila de cerca la estabilidad financiera y la posibilidad de que se produzcan turbulencias internacionales por los diferentes marcos de políticas adoptados en los países. La relajación fiscal en curso en muchas economías debería llevarse a la práctica según lo previsto en 2018, junto con nuevas medidas focalizadas en las políticas tributarias y de gasto y esfuerzos de políticas estructurales en medidas específicas de cada país que para respaldar el crecimiento inclusivo y sostenible. El despliegue activo y oportuno de políticas prudenciales y de supervisión tanto en las economías avanzadas como emergentes  contribuiría también a abordar las vulnerabilidades financieras (Capítulo 2).

Paquetes  de políticas mejor integrados que aborden las debilidades nacionales e internacionales son necesarios para garantizar que los beneficios de los cambios tecnológicos y del comercio e inversión transfronterizos se compartidos ampliamente entre los trabajadores, los hogares y las regiones. 

Las perspectivas a medio plazo dependen de las respuestas de los actores del mercado a los marcos de políticas, incluida la posición de la política monetaria, el despliegue efectivo del margen fiscal y los cambios asociados en la calidad de las finanzas públicas. La adopción de reformas estructurales adicionales que promuevan un mayor dinamismo empresarial, comercio e inversión, potencien un aumento de la  tasa de participación en la fuerza laboral y mejoren el funcionamiento de las instituciones financieras reforzaría el crecimiento potencial, complementando las mejoras de productividad conseguidas a través del gasto empresarial en capital  basado en el conocimiento. El alza potencial de la productividad y los salarios para apoyar un crecimiento inclusivo -la vía por la que los países pueden satisfacer las expectativas de los ciudadanos- depende de los paquetes de políticas apropiadas en cada país. Dada la elevada deuda, las turbulencias financieras derivadas de políticas  macroeconómicas inesperadas o de la materialización de riesgos a la baja en las  principales economías o mercados financieros darían lugar a unos resultados de  crecimiento más débiles y mayores falencias de la pasada performance y a una mayor  disminución de la confianza en las capacidades de los hacedores de políticas.

 

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